martes, 25 de marzo de 2008

La Via Verde de la Sierra

Llegaba la semana santa (con minúsculas para mí) y Málaga comenzaba a ensuciarse con el ámbiente religiosillo que tanto les gusta a los "meapilas"; afortunadamente hacía tiempo ya que nos habíamos preparado un plan que nos alejara del molesto olor a incienso y de los capirotes huecos.

...¡¡¡Nos ibamos a la Via Verde de la Sierra!!!!...

El antiguo trazado ferroviario, transformado ahora en destino predilecto de turismo rural activo, unía los pueblos de Olvera y Puerto Serrano, pasando por Coripe, con un recorrido de 36 km de carril prácticamente llano que atravesaba numerosos tuneles y viaductos.

Resaltando el carácter lúdico, festivo y reponedor del plan, decidimos hacer la ruta en dos etapas de ida y vuelta desde el Hotel Rural Estación de Coripe. De esta forma, nos asegurabamos de que Teresa pudiera disfrutar del trayecto sin hacer un esfuerzo que pudiera pasarle factura. De todas formas era un señor paseito, que conste.

Etapa 1: Coripe - Puerto Serrano - Coripe (30 km).

Etapa 2: Coripe - Olvera - Coripe (46 km)

El hotelito era bastante coqueto. Habian reformado totalmente la antigua Estación de Tren y la habian acondicionado para tener 6 habitaciones dobles discretitas, un bar y un pequeño salón para las comidas. En Olvera y en Puerto Serrano también habían reformado las antiguas estaciones de tren.

Entrando en lo puramente deportivo tengo que decir que la protagonista absoluta ha sido Teresa. Jamás se había montado en una bicicleta con la "sana" intención de hacer una ruta, y ha pasado la prueba con Matrícula de Honor. Poquito a poco iba cogiendo su ritmillo y descubriendo el maravilloso mundo del "Molinillo" cuando el recorrido picaba un poco hacia arriba... en algunos tramos se indicaba un desnivel del 10%. La única nota negativa ha sido el pésimo tiempo que nos acompañó desde que salimos de Olvera rumbo a Coripe. Los últimos 23 kms. los hicimos luchando, literalmente, contra un viento racheado insorportable, un frío que pelaba y la premura que un cielo negro nos imponía si no queríamos mojarnos.

Para terminar el fin de semana, paramos en Casabermeja para que Teresa matara su deseo de comerse un platito de migas "light" jajajaja.