jueves, 12 de junio de 2008

EL HOMBRE NEGRO....


Ya estaba deseando repetir la experiencia del Triatlon. Hacia un par de semanas que debuté en Torre del Mar y necesitaba tener la posibilidad de minimizar los errores de novato que tuve entonces. Así que la primera oportunidad que se presentaba era el Triatlon de Almería.

No es que Almería esté ahí al ladito... Hay que marcarse un viaje interesante que ésta vez tuvo una parada inesperada debido a que los sistemas electrónicos del coche decidieron darse un descansito y darnos un susto importante. A pesar del alto en el camino, el fin de semana fue muy productivo, incluyendo tapas y una copiosa cena con el resto de miembros del equipo.
Desde aquí hay que agradecer la hospitalidad de Mª del Carmen y Amador que nos acogieron amablemente en su casa y volvieron a hacer de guía turística (queda pendiente el tema de las sardinas eh).


Si hay algo que resaltar del recorrido propuesto por los organizadores es, sin duda alguna, el enorme “paseo” que existía desde la orilla hasta la zona de boxes (aproximadamente 400 mts), que hizo de la T1 una experiencia diferente jajajaja.

A pesar de mis errores de “navegación”, y que sólo he nadado con el "hombre negro" (neopreno) un par de veces, los 750 mts de natación no me resultaron tan penosos como la vez anterior. Sin sufrir mucho conseguí mejorar mi parcial y salir por delante de otros muchos triatletas. La experiencia de nadar con lentillas y con las nuevas gafas de natación en aguas abiertas fue muy positiva, especialmente porque al salir del agua era capaz de ver por donde pisaba.


Había decidido no usar calcetines esta vez, y eso me permitió mejorar bastante el tiempo de la T1, aunque más adelante me jugaría una mala pasada.


Con un circuito prácticamente llano, las piernas activadas por el tránsito hasta boxes y con un grupito de ciclistas aparentemente bueno, todo anunciaba un sector ciclista rápido y productivo, sin embargo, un cruce que me pasé de largo y una salida de cadena, me hicieron llegar a la T2 con un tiempo algo más discreto, con las manos llenas de grasa y debiendole un favor a un chico de Granada que tiró en solitario del nuevo grupo.



No había notado ninguna incomodidad por correr sin calcetines hasta que llegó el momento de sacar los pies en marcha para afrontar la transición. Aflojo las tiras e intentó sacar el pie con el movimiento habitual... pero nada... el pie está pegado a la zapatilla y la lengüeta haciendo que me desconcentre y que decida, por miedo a una caida, sacar las calas de los pedales. Con la cabeza en otro sitio entro en boxes y me paso mi puesto... tengo que darme la vuelta con la bici a cuestas. Nuevamente el sudor de los pies me la juega. Al ponerme las zapatillas el pie no se desliza suavemente como habitualmente y me hace pliegues en las plantillas. Al final, aunque había mejorado algunos aspectos técnicos durante la primera mitad de la carrera, volvió a hacerse patente mi condición de triatleta nobel.



Una vez que eché a correr se hizo la luz y poquito a poco adelanté a todos los miembros de mi grupito ciclista que me habían dejado atrás en la transición. Cómo apunte para el Clasificatorio de Marbella me planteo sufrir un poco más corriendo, tal y como ha ido el año, creo que es el sector en el que puedo arañar más tiempo sin mucho esfuerzo.