martes, 24 de agosto de 2010

La Gorra Naranja

- Allá vamos, Carlos. Has conseguido entrenar, las pesadillas van cediendo ante el sueño reparador y las sonrisas hacen que tu cara parezca otra... vamos a dar un zapatazo y a disfrutar del triatlon - me decía a mi mísmo para reforzarme en la idea de volver al mundo del triatlon y llenar el silencio que, ni la radio ni los primeros ruidos de la mañana, reina desde hace tiempo en mi coche. Aún no había amanecido y las últimas luces de la feria bailaban en la ventanilla de mi coche.

Elegí el Triatlon de Estepona para re-debutar por su cercanía... aunque, pensándolo bien no es que me quede realmente cerca. Plantarte en la línea de salida de un triatlon es más difícil de lo que uno puede pensar a priori... demasiado "equipaje" y detalles que cuidar. Así que no tener que desplazarse demasiado es algo que creía que me haría el "camino" más cómodo. Después de tanto tiempo sin competir, es lógico que toda esa logística me pusiera un poco nervioso y que me ocasionara más sinsabores que la propia carrera. No dormí bien la noche anterior, no dediqué el tiempo necesario a "revisar el estado de la bolsa internacional" cómodamente sentado y no desayuné adecuadamente. A eso podemos sumarle el hecho de que llegué con el tiempo muy justo, pasé cinco minutos buscando y limpiando una lentilla que se me cayó a la arena, y sufrí más de la cuenta para enfundarme el traje de neopreno. Todo esto se traducía en unos latidos que parecían anunciar que el corazón se me daría a la fuga.




Preparados!!!!! Pum!!!!!! Todos al agua... guantazos, patadas y achuchones hasta la primera boya. Creo que no voy bien y estoy nadando muy incómodo, sin embargo, de pronto, cojo el ritmo, empiezo a deslizar sin esfuerzo y el mar se convierte en mi aliado para hacer del tramo de natación un sufrimiento agradable y agradecido. Salgo "bien" del agua para lo que podría esperarse de mí tanto tiempo despues. Natación: 88º (14min 23seg).

Transición rápida y a pedalear en un pequeño grupo. La primera visita a la cuesta que le da dureza al tramo en bici veo que el grupo no es bueno para mí y que necesito mirar hacia delante aunque sea en solitario. Así que juego a ser ciclista, doy un palo con fuerza y me lanzo en busca del siguiente grupo. Allí me encuentro a Javi "El del Corte Inglés" y a Juanjo, dos compañeros del club a los que pensaba encontrarme una vez atravesada la línea de meta. Eso me anima, he tenido que salir bien del agua y debo ir mejor aún en bici. En total subimos cuatro veces la dichosa rampita y, aunque las piernas lo van notando, voy muy bien viendo que estoy ganando puestos. La faena se remata con una transición perfecta, rápida y fluida. Carlos, vamos para arriba!!! Bici: 73º (39min 54 seg).



Salgo a correr dudando entre vaciarme o ser reservón y mantener un ritmo constante hasta la meta. Esta segunda opción es la que me convence. Así que salgo a correr y me paso los primeros 3.5 km marcando a Javi. Es más rápido que yo, va más fuerte que yo en la bici y, por supuesto, nada mejor que yo... sin embargo, ahí estamos los dos, codo con codo en el último giro. Justo cuando empiezo a pensar que, con un apretón final, podría intentar descolgarlo, mi compañero deja de serlo y me pega un cambio de ritmo al que no puedo contestar... tal vez en la próxima ocasión jajaja. Carrera: 70º (21min 09 seg)

Con una gran sonrisa entro en meta y comienza el sector 0 del mi próximo triatlon... de aquí no me bajo... viva la gorra naranja!!!

Clasificación General: 80º (1h 15min 26seg)
Clasificación Categoría: 48º
Natación: 88º (14min 23seg)
Bici: 73º (39min 54 seg)
Carrera: 70º (21min 09 seg)

viernes, 9 de abril de 2010

Muerte y resurrección en 2010

En estos largos meses de silencio han ocurrido una gran cantidad de cosas, relacionadas con el deporte o no, que por su oscuro talante han hecho que la vida no me halla sonreido optimista como solía.


No he dejado de luchar contra la apatía y la desgana, intentando agarrarme a ese soplo de inspiración que me permitiese, mediante el entrenamiento y el reto deportivo, reencontrar la senda de la felicidad y la realización personal.


A estas alturas del año, no puedo decir aún que lo haya conseguido; sin embargo, ya he acumulado un par de experiencias más en carreras populares y media maratón que, como agua de mayo, han sido muy bien recibidas.


Carrera Popular de Alfarnate


En pleno mes de Enero y con un frio que echaba para atrás, decidí que, a pesar de mi nefasto estado de forma y mi próxima operación de pie, habia llegado el momento de dejar atrás los malos tragos y comenzar a volver a experimentar la satisfacción de participar en un evento deportivo.


La carrera, 8 km en un circuito urbano de poco más de km por vuelta, se me hizo larga, dura y sufrida. A cada metro que recorría sentía que me había abandonado demasiado y que mi habitual estado de forma tardaria en regresar... si es que alguna vez lo hacía.
Al final, y tan sólo por unos segundos, no pude cumplir mi, tan poco ambicioso, objetivo de sacar una media de 5:00 min/km. Sólo pude atravesar la meta, y devolver la lengua a su lugar natural, tras 40 minutos y 12 segundos.


No fue una carrera para recordar pero sirvió como punto de inflexión y disparo de salida para unas semanas siguientes en las que el deporte y la ilusión se abrieron hueco en mi desoladora agenda de malos tragos. Así, me planteé que, a pesar de tener una operación en ciernes, iba a intentar participar y terminar decentemente la Media Maratón de Torremolinos... seguramente la más dura que he corrido hasta ahora.

Media Maratón de Torremolinos


Como si de alguna especie de coincidencia astrológica o plan divino se tratase, alguién había decidido que la Media Maratón que me iba a servir como alimento para mi maltrecha autoestima y mi cumpleaños se celebrasen el mísmo día, el 7 de Febrero de 2010.


A duras penas conseguí cumplir con el rito de minudeces que se hacen imprescindibles para afrontar, sino con garantías al menos con seguridad, una prueba como esa (madrugar, comprobar que lo llevas todo, desayuno especial y aligeramiento de carga, entre otras cosas)

El objetivo a conseguir era bajar de 1 hora y 45 minutos o, en su defecto, pegarme a mi compañero de club Dani (padre) y no sapararme ni a sol ni a sombra. Unos comienzos titubeantes y llenos de rampas duras me ayudaron a incrementar mi nivel de concentración, ante la perspectiva de no conseguir cumplir la meta prefijada. Los kilómetros fueron cayendo, algunos más fácilmente que otros, y se acercaban las rampas finales en las que preveía que podía perder el ritmo de mi compañero de zancadas. Tal vez pecó de conservador o tal vez, y esta alternativa me gusta más, tire de amor propio (ese que tanto ha sufrido últimamente) y saque lo mejor de mi mísmo para conseguir llegar al último kilómetro con la seguridad de que no llegaría solo a meta. Siendo sincero, si estas circunstancias de carrera se hubiesen dado algún tiempo atrás, seguramente hubiera dejado a Dani en ese último kilómetro, sabiendome más explosivo que él, pero mis objetivos iban a cumplirse gracias a su generosa compañía... eso era suficiente recompensa para mí.

Al final, entré en meta con 1 hora 44 minutos y 59 segundos de esfuerzo y de superación personal. Un tiempo que no puede considerarse bueno pero, muy poco superior a mi anterior marca en Torremolinos, una prueba que siempre me golpea con sus duras rampas.

Gracias Dani!


Ahora, ya han pasado dos meses de esa prueba y un mes desde que me sometí a una exostosis del pie izquierdo. He retomado los entrenamientos desde hace dos semanas y parece que el sol comienza a brillar también para mi persona. La semana que viene tengo planeado participar en el Duatlon Cross de Casabermeja si el pie no me da muchos problemas y, a medio plazo, voy a plantearme un "no va más" con el Titan, esa prueba a la que no pude acudir en 2008 en el momento en el que comenzó mi calvario particular.

Ojalá pueda decir dentro de unos meses que "He vuelto, para quedarme".